Extraña palabra, para
algo que muchos hacemos.
Procastinar se refiere
a la acción de postergar actividades o situaciones que uno
debe atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables.
Según la Dra. Sapadyn
(City University of New York) existe una taxonomía con seis tipos diferentes de
procastinadores:
• Perfeccionistas:
Quieren que cada proyecto sea perfecto, esto generalmente los “congela” por
miedo a no lograr este objetivo irrealista, aunque hayan sido ellos mismos los
que hayan definido los objetivos.
• Soñadores: Sufren de
“pensamiento mágico”. “Va a funcionar todo bien”, dicen, aunque no hacen nada
para acercarse a sus objetivos.
• Generadores de
Crisis: Dicen que normalmente trabajan mejor bajo presión, pero para ser más
precisos, prefieren protestar y generar crisis para no hacer en definitiva
ninguna tarea.
• Atormentados: Sus
miedos consumen sus procesos de pensamiento e impiden que cualquier tarea sea
realizada, mientras imaginan y meditan en cada posible escenario de desastre y
fracaso.
• Desafiantes: A estas
personas les molesta las asignaciones de tareas, retomando control de sus vidas
rechazando el trabajo en forma oportuna y cooperativa, o directamente en forma
frontal.
• Sobrecargados:
Conocidos también como “los complacientes”, esta gente no puede decir que no, y
por lo tanto toma más y más responsabilidades sin ninguna expectativa razonable
de ser capaces de cumplir sus obligaciones.
Y ¿qué puedes hacer para dejar de procastinar? Pues un primer paso es el de priorizar, tema desarrollado en otra de nuestras entradas.
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